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La compresión en producción musical es una de los efectos menos comprendidos en un estudio.


Se trata de una de las herramientas de audio más importantes necesaria para crear mezclas de calidad. Es importante tener en cuenta que, si no se usa de forma correcta, puede llegar a destruir un sonido individual, o incluso la totalidad de una mezcla. 

Por este motivo, hoy queremos compartir con vosotros algunos consejos sobre la utilización de la compresión en Producción Musical para conseguir que tus mezclas suenen generando el efecto esperado. 

Pero antes de nada repasemos alguna de sus técnicas:

 

  • Compresión Paralela (NewYork Compressión): Aunque se puede utilizar en cualquier pista, es una técnica que sobre todo se utiliza en pistas de drums. En lo que consiste esta técnica es en sumar a una pista una copia de ella misma comprimida. Con este proceso conseguimos que se incrementen los niveles medios de esa señal, pero sin perder la calidad del sonido original. La principal ventaja de esta técnica es que gracias a la pista comprimida añadimos presión y sensación de energía al sonido. Eso es debido a que tanto la dinámica como los transitorios se conservan en la pista no comprimida, manteniendo un sonido natural, pero reforzado con el sonido de la pista comprimida. 
  • Compresión en serie: Esta técnica implica conectar dos o más compresores en serie. La principal idea, es que cada etapa de compresión se encargue de reducir solo algunos dB cada uno de ellos, teniendo como resultado ensanchamiento del audio, en ocasiones otorgando más calidez o incluso más armónicos en el instrumento aplicado. En cualquier DAW actual es tan sencillo como insertar más de un compresor en un mismo canal.
  • Compresión Post Reverb: el funcionamiento de esta técnica se basa en la configuración de un bus de efectos con reverb y justo a la salida de ésta, se trata de insertar un compresor, que normalmente está compuesto con un tiempo de ataque mínimo y un tiempo de recuperación que aporta musicalidad, sonido y energía a la pista. Es una técnica muy utilizada en baterías de Rock. 

    Algunos consejos de Compresión en Producción Musical

    • Añade carácter: Genera emoción. En cuanto empieces a conocer tus herramientas como debe ser, empezarás a dejar las tecnicidades a un lado y te enfocarás más en la emoción.
    • Escucha tu sonido con mucha atención: al escuchar tu sonido con atención plantéate esta pregunta: ¿Es realmente necesario añadir compresión a mi sonido? No utilices la compresión porque sí. Evalúa realmente si tu sonido lo necesita. Por ejemplo, si ves que constantemente ese sonido se pierde o resalta, o estás continuamente ajustando el atenuador, entonces es el momento de usar la compresión para aportar más consistencia al sonido. 
    • Vigilia con los presets: aunque siempre es bueno tenerlo como punto de partida, no los añadas sin antes analizar lo que está haciendo el sonido. Una vez hecho esto, puedes por ejemplo empezar a ajustar el threshold hasta que consigas la compresión deseada. 
    • Ten en cuenta la liberación y el ataque: Con tiempos de ataque rápidos, el compresor hará que el sonido suene un poco más uniforme y consistente, mientras que con un ataque lento, le dará a tus sonidos más punch e impacto. Con tiempos de liberación muy rápidos conseguirás traer el sonido un poco más al frente, mientras que con tiempos de liberación más lentos, lograrás un sonido más controlado pero sin tanta presencia.
    • Ten en cuenta todos los elementos: Procura hacer tus movimientos de compresión con todos los instrumentos del contexto activados. Recuerda que lo que buscas es dar uniformidad y consistencia a tu mezcla. 
    • Compara tu sonido procesado con tu sonido original: Si no lo haces puedes caer en el engaño de pensar que suena mejor solamente porque suena más fuerte en volumen. Y no, un sonido más fuerte no es sinónimo de un sonido con mayor calidad. 

       

      ¿Conoces otros consejos de compresión en producción musical

      Te leemos en los comentarios 🙂